domingo, 17 de marzo de 2013

De esas tardes...

Tarde larga , lánguida. De ésas que no mata el tiempo y no llenan las horas. De ésas que sólo invade tu recuerdo. Te echo de menos. Y no tu presencia , simplemente saber de ti , dónde andarás envuelto en sonidos que un día te trajeron a mí. Pero no miro atrás. Si miras atrás , en los andenes , la imagen se convierte en una promesa. Y las promesas a veces no se pueden cumplir. Sólo cumpliré el no dejar de quererte , el mantener intacto este sentimiento a prueba de hostigación , el evocarte en el fondo de cada debilidad y en el vértice de cada fortaleza. El convertirte en la recompensa de mi deseo más profundo.

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